El japonés que quería comerse la ciudad

Bento es un restaurante japonés relativamente nuevo en Terrassa. Nació al mismo tiempo que muchos restaurantes no tan japoneses han aprovechado el boom del gusto por la cocina nipona. De modo que desde su nacimiento ha tenido que abrirse camino en un mercado con una dura competencia, principalmente de precios.

Pese a todo los objetivos siempre han sido ambiciosos y Bento siempre se ha dirigido con el reto que el de Terrassa fuera el restaurante cero, y que una vez conquistada la ciudad y concretado el modelo, éste se extendiera a otras ciudades catalanas.

RETO

Bento llega a Xoo Studio con un problema de identidad. Lo que el restaurante es y quiere llegar a ser, no coincide con lo que desprende su comunicación (carta, anuncios publicitarios, folletos take away, etc.).

A diferencia de otros restaurantes especializados en sushi, Bento tiene una carta más amplia, con elaboraciones sofisticadas más allá del sushi, incorpora en la carta sensibilidades como propuestas para veganos, ofrece platos atrevidos de fusión entre la cocina catalana y la japonesa, y en general, trabaja con ingredientes de calidad superior a la media.

Su propuesta gastronómica puede disfrutarse en el pequeño restaurante que Bento tiene en el centro de la ciudad, en casa (servicio de Take away) o a diario en el lugar de trabajo (Bento Office).

Bento aporta elementos atractivos con los que trabajar ladiferenciación. Pero cuando llega a Xoo Studio, su comunicación, su branding, su marca personal es demasiado parecida a la del resto de restaurantes chinos de Terrassa. Ups. ¿Hemos dicho chinos? Japoneses. Queríamos decir japoneses.

RESULTADO

Dice el refrán popular que “la mujer del César, aparte de serlo, debe parecerlo”. Aquí sucede lo mismo. De poco sirve trabajar la calidad, la exquisitez, hacer platos distintos, cocina de fusión, propuestas sofisticadas… si luego te comunicas como todos los demás. Con el agravante que todos los demás no hacen lo que tu sí que haces.

Xoo Studio ha llevado a cabo para Bento la revisión de su identidad y de su branding. El resultado ha sido una nueva línea gráfica más elegante y sosegada, donde el blanco ha ganado el espacio al negro anterior, y cede todo el protagonismo a la fotografía.

Comemos con los ojos (y en un japonés, más)

Una de las piezas de comunicación más importantes de Bento era la propia carta del restaurante. Para hacerla un elemento dinámico y fácilmente actualizable, se trabajó una carta con sistema de pinza y hojas individuales.

La carta se organiza empezando por las sugerencias y los menús especiales, en los que el restaurante da a conocer sus elaboraciones más gourmet.

Es difícil imaginar qué te va a traer el camarero si pides “Trinxat de la Cerdanya con carrillera de ternera laminada con shitake y salsa Teriyaki”. Una fotografía, ayuda a pedir con más certezas. De modo que la estrategia, en la carta, ha sido presentar el máximo número de fotografías de los platos, que muestran el detalle de las elaboraciones.

Las ventajas de ser pequeño

Si Bento algún día llega a tener una gran cadena de restaurantes, posiblemente no podrá permitirse tener la carta que tiene ahora.

Un restaurante pequeño, que sólo necesita unas 10-15 cartas, y que quiere potenciar la calidad, puede permitirse papeles de gama alta. En este caso, se ha optado por papeles con textura de la casa papelera Fedrigoni, cuyo tacto y textura nos aportan conceptos como calidez, naturaleza y artesanía, virtudes muy vinculadas a la cultura japonesa.

Si te digo niguiri, tu…

Una vez creada la identidad gráfica, todas las piezas de comunicación siguen el mismo estilo. Fondos blancos, masas puntuales del color burdeos corporativo y abundante fotografía de producto.

Claro y sencillo, fundamental para que el usuario elija fácilmente. Porque nos pirra el sushi, pero reconozcámoslo: a día de hoy, qué es un niguiri o un sashimi, nos cuesta.

CAPACIDADES
INVOLUCRADAS

Identidad. Marca. Brand engagement. Storytelling. Publicidad. Diseño gráfico. Diseño editorial.